Así celebró Barranquilla la llegada del 2010
Familia Sánchez Pérez Familia Castro Ayazo
Familia Quintero Robles Familia Mancilla De La Rosa
Familia Sánchez Pérez Familia Castro Ayazo
Familia Quintero Robles Familia Mancilla De La Rosa
La natividad de Jesús, la Navidad –como hoy la conocemos- sólo se celebra en el mundo desde el año 345 D.C. San Juan Crisóstomo y Gregorio Nacianceno, lograron que el Papa Julio I decidiese ese día la conmemoración del nacimiento divino.
No ha podido precisarse jamás la fecha exacta del nacimiento del Redentor. Algunos creen que debió ser en abril y otros en junio, cuando según documentos antiguos, los romanos organizaban los censos de sus colonias.
Entonces, ¿Por qué se escogió de manera tan precisa ese día? ¿Por qué los padres de la Iglesia determinaron la venida de Cristo al mundo en esa fecha?
El dios Mitra, de los persas, simbolizaba una verdadera renovación de la tierra. Por lo menos cinco siglos antes de Cristo, ya los iraníes conmemoraban el nacimiento de Mitra, en la noche más larga del año -en la madrugada del 25 de diciembre- cuando se sabía que ya la tierra estaba renovada en su totalidad, y era apta para recibir la semilla.
Mitra pues, era el emblema del cambio total, del triunfo de la vida sobre la muerte, de la luz, de la esperanza y el resurgir de la naturaleza.
Al igual que Cristo, Mitra nació en una cueva oscura y unos pastores lo adoraron; le trajeron de regalo oro y esencias, y su madre fue una virgen, conocida con el nombre de Madre de Dios.
Era una especie de lazo entre Dios y la gente y después de impartir sus enseñanzas en la tierra, ascendió a los cielos. Dios lo había enviado para traer al mundo una esperanza de redención. Además, tenía su día sagrado que era el domingo y era representado mediante una cruz encerrada en un círculo, imagen que hoy puede verse con claridad en los ornamentos papales.
Los conquistadores romanos, acogieron este rito y lo asimilaron el Natalis Solis Invictos –Nacimiento del Sol Invencible- que llegó a la cúspide con el emperador Aureliano, quien oficializó su celebración el 25 de diciembre.
Bien pronto, el culto se extendió por toda Europa, en ese momento globalizada por la dominación romana. El llamado Mundo occidental, estaba bajo el Imperio Romano.
El Cristianismo alcanzó el poder, gracias al emperador Constantino I El Grande. Comenzó así a decaer el mitraísmo –adoración a Mitra- que fue prohibido por el mandatario.
Pero ya estaba muy extendido y era casi imposible desarraigarlo del corazón de las gentes. Cada madrugada del 25, las gentes se reunían a festejar con comida, bebida y regalos el nacimiento del dios, es decir la vuelta a la esperanza.
San Juan Crisóstomo, insistió ante el Papado ya casi a mediados del Siglo III. Era necesario colocar allí la fiesta navideña, para contrarrestar el efecto del paganismo, y asociar la conmemoración con una celebración cristiana en su totalidad.
Lo entendió así el Papa Julio I, y el nacimiento de Cristo, que para la Iglesia tenía lugar el 6 de enero, y fue colocada la conmemoración el 25 de diciembre, durante la noche más larga del año.
¿Se anticiparon los persas con Mitra al nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Conocían el sagrado misterio de la Redención y del triunfo de la vida sobre la muerte? Los investigadores y muchos teólogos, así lo creen. Quienes opinan de esta manera, aseguran que Dios al ser sabio hasta el infinito, no podía revelar su verdad a una sola nación. Que la verdad había sido revelada a otros pueblos y que Ël mismo, le había confiado el conocimiento, a todos los pueblos y que de ahí su frase registrada en La Biblia “la casa de mi padre tiene muchas moradas”.
Hasta ahí la historia. Las disquisiciones sobre el particular, quedan para los lectores.
La Virgen de Guadalupe y el Indio Juan Diego
La historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México, en el cerro del Tepeyac, es bastante conocida. Ella se le apareció tres veces al indio Juan Diego y éste se lo contó al jerarca eclesiástico, Fray Juan de Zumárraga.
El fraile le pidió una prueba del milagro, y por eso Juan Diego, la tercera que vez que se le presentó la maravillosa figura, le expuso la petición del sacerdote. La señora le dijo que recogiera unas rosas. que –de manera taumatúrgica- crecieron en esa zona semidesértica. “Estas flores serán la prueba”, le dijo al indio.
Es evidente que las flores ya eran una prueba. En esa zona tan seca y en pleno invierno del norte, era imposible que pudieran darse. No obstante, cuando el indio llegó donde el padre Fray Zumárraga a mostrar el prodigio, se encontró con la sorpresa de que había otra demostración-
En la túnica donde recogió las flores –tilma, le llaman los aborígenes- estaba impresa la imagen de la hermosa mujer.
Mucho se ha escrito sobre el misterio de los ojos de la aparición. Los científicos saben ya que al acercársele la luz, las pupilas de la imagen se contraen y al retirársele, vuelven a dilatarse. Es decir, como si se tratara de un sér vivo.
También se conoce que la imagen de Juan Diego aparece con los tres efectos de refracción´que se registran en los ojos de una persona, cuando ésta mira algo. Este fenómeno, aún hoy en día, no puede ser dibujado por un pincel. Además, el hombre sólo conoció el triple efecto de la refracción oftalmológica, muchos años después de la aparición del Tepeyac en 1531.
La túnica donde está impresa la efigie presenta otras particularidades: el tejido en tela basta, muestra un estado de preservación que no puede ser logrado por manos humas, es sobrenatural. Además, de forma por demás extraña, ocurra lo que ocurra en el ambiente externo, la tilma conserva siempre la misma temperatura. 35.5 grados, la temperatura de un cuerpo vivo.
La Iglesia Católica, tan reacia a aceptar estos hechos prodigiosos, no tuvo más remedio que declararla como “algo divino y real”. Es decir, aceptaron que es una aparición que proviene de Dios.
Los análisis digitales hechos por la NASA, revelan algo más misterioso. Los colores en que está impresa la túnica, no fueron elaborados en la Tierra. Por tanto, es imposible hablar de una farsa. Lo que está en la túnica es real y no hace parte de lo conocido.
La protagonista de la visión de Juan Diego, está embarazada. En su vientre se incuba una cuyas, cuyas pulsaciones son de 115 por minuto, detectadas a través de un sofisticado estetoscopio digital.
No obstante, las manos y el rostro de la aparición, han sido alargados por manos humanas. La imagen original, refleja el rostro de una clásica aborigen de la región, al que se le han añadido trazos, para desfigurarla y hacerla aparecer como alguien de la raza blanca-
¿Quién hizo esto? No se sabe. Pero sí se nota de manera inequívoca que sse pretendió con clara intención, desfigurar los rasgos originales.
Entonces…¿Qué espíritu se apareció ante Juan Diego? Si no es la Virgen maría, como pretenden los teólogos…Entonces ¿A quién corresponde la efigie.
Los aborígenes mejicanos tienen a la Madre Azteca, que simboliza la fertilidad de la tierra. Se le representa como a una mujer encinta, de rodillas, en acto de dar a luz. Más o menos como representaban los habitantes de los alrededores de la Judea bíblica a Astarté, la diosa de la agricultura, o como la Diosa de la Tierra de los celtas, cuyas esculturas siempre eran escondidas en cuevas, como se ha demostrado en diversos hallazgos druidas en Escocia, Irlanda, Inglaterra y la propia España.
Según algunos historiadores, Juan Diego le habría dicho a Fray Juan de Zumárraga que se trataba de Coatlatlópetl, que en lengua náhuatl quiere decir algo parecido a Diosa de la Tierra y de las Flores. Ante la imposibilidad de los iberos de pronunciar la complicada unión tl y por similitudes fonéticas, decidieron llamarla Guadalupe. En España se celebran dos advocaciones de la Virgen de Guadalupe en Extremadura y Tenerife. Era válido darle ese nombre.
Es una fiesta nacional en todo el territorio mejicano, y se celebra el 12 de diciembre.
Smashing Magazine | Diseño de Design Disease | A Blogger por Blog and Web