Otra vez jugaron 14 vs 10

domingo, 26 de julio de 2009




Los árbitros siguen siendo una calamidad en el fútbol profesional colombiano. “Así no se puede”, dijeron los jugadores.


José Daniel Sánchez Machacón, estudiante de 10mo grado en la Escuela Normal Superior La Hacienda





Como “robado” calificaron la fanaticada de Junior y los jugadores, el triunfo de Atlético Nacional 2-1 sobre los tiburones. Y no era para menos. La desastrosa actuación del árbitro perjudicó al equipo barranquillero que en tan solo 5 minutos de la etapa complementaria vio expulsar al samario Luis Carlos Ruiz.
Los goles de Nacional fueron convertidos por Galván Rey y Ezequiel Maggiolo. mientras que los tiburones consiguieron la anotación con Giovanni Hernández en cobro de tiro libre.
Se sobreentendía que en cualquier momento del partido iba a salir expulsado un jugador de Junior, ya que el árbitro se mostró muy estricto sacando tarjetas amarillas en jugadas que no merecían esta sanción.
La acción polémica del partido fue un penalti hacia Luis Carlos Ruiz, el cual no fue sancionado y en cambio, el señor Duarte lo echó del partido por considerar que trataba de simular.
Al final del partido, lo dijo Giovanni Hernández: “Así no se puede, con los árbitros en contra. Esta vez fuimos 10 contra trece”, aludiendo a la expulsión de Ruiz, y a las decisiones de los jueces.

Así los vio pepecomenta

Carlos Rodríguez: Le brindó seguridad al pórtico juniorista; no tuvo responsabilidad en los goles; atajó varios tiros y podría seguir de titular 7
Háider Romero: Se afianzaba al salir al ataque e hizo bien su trabajo; tuvo buen debut 6.5
John Valencia: Mejoró su trabajo con respecto a partidos anteriores; oportuno al rechazo de los balones 6.5
Brainer García: Hizo buena labor defensiva; no se notó mucho pero acompañó bien a Valencia 6
Cesar Fawcet: Fue uno de los mejores jugadores del partido; debería seguir jugando de titular; aumentó su nivel futbolístico 7
John Jaramillo: No estuvo conectado al partido fue muy discreto 5.5
Hernando Patiño: Recuperaba muchos balones pero luego se equivocaba en la entrega; intentó rematar al marco contrario pero lo hacia desviado 6.5
Freddy Grisales: No jugó bien; le faltó carácter en la cancha y se equivocaba en los pases 5
Giovanni Hernández: Jugó bien mientras el Junior ganaba, pero cuando Nacional empató, se perdió del juego hizo el gol 7
Norvey Orosco: Mientras actuó, tuvo buen partido e incomodó a la zaga paisa 6.5
Teófilo Gutiérrez: Se encontraba solo arriba y no tenía con quien jugar; se iba solitario al ataque pero perdía el balón. Colaboraba en defensa 6
Luis Ruiz: No demostró su futbol en el tiempo que jugó; protagonizó la jugada polémica 5
Carlos Bacca: No estuvo mucho tiempo en el campo- (SC)

El Ménage a trois


Desde La Biblia hasta nuestros días. Los más famosos y extraordinarios triángulos amorosos del Siglo XIX.

Hace poco, los principales noticieros televisivos de Colombia, revelaron la historia del bogotano, José de Jesús Sierra, un hombre que convive con dos mujeres con las que tiene un total de 15 hijos. Según los reportajes, ambas mujeres –Luz Dary Torres y Esther García- están muy contentas con la situación. Una se encarga de ayudar a los niños en las tareas escolares y la otra, de las labores domésticas. Mientras tanto, el prolífico “esposo”, disfruta y se enorgullece con el hecho aunque se duele de “que tengo que trabajar demasiado, pues la plata nunca alcanza para estos gastos”.

Tiempo atrás, en los 70s, el compositor y cantante colombiano, Alfredo Gutiérrez, había hecho pública la melodía “Dos Mujeres”, que habla sobre el mismo tema. Y mucho antes, el 15 de agosto de 1894, Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, estrenaron la zarzuela” La Verbena de la Paloma” (por supuesto, no tiene un significado obsceno), donde se trata la misma compleja situación.

Dicha zarzuela, que lleva ese nombre porque fue dedicada a las fiestas de la Asunción de la Virgen –conocida en Madrid como La Virgen de la Paloma- muestra el simpático enamoramiento del “setentón, don Hilarion, de dos hermosas pero coquetas hermanas, Casta y Susana”.

“Yo me quedo con las dos”, canta el barítono en el papel de este Don Juan casi senil que, “si me siento como un muchacho, la culpa no tengo yo”.

En La Biblia, los casos son múltiples, pero basta citar dos. Ante la imposibilidad de que su mujer Sara concibiera, Abraham tomó a su esclava, Agar, con quien procreó a Ismael, con la aquiescencia y beneplácito de su esposa: Este hecho es resaltado por San Pedro en su primera epístola (3: 06), quien le pide a las mujeres cristianas que sean como Sara que “obedeció a Abraham llamándole señor”.

Jacob, tuvo que trabajar de manera dura durante siete años, para que su tío Labán, le concediera a Raquel como esposa. Pero Labán –quien al parecer no tenía nada de tonto- le dio en su lugar a Lía, hermana mayor de Raquel. “Nuestra costumbre es que las mayores se casen primero”, le dijo. Como resultado de todo esto, Jacob debió someterse de nuevo a laborar siete años, para entonces sí, conseguir a Raquel.

Que los tres convivieron, lo demuestra el siguiente relato del Génesis -31 y 32- “Cuando El Señor vio que Jacob despreciaba a Lía, hizo que ésta tuviera hijos, pero a Raquel la mantuvo estéril. Lía quedó embarazada, y después tuvo otros hijos”: Rubén, Simeón, Leví y Judá. Con Raquel, Jacob engendró a los otros ocho vástagos, quienes junto con los cuatro primeros, dieron origen a las Doce Tribus de Israel.

Pero Byron y Shelley superaron todo lo del siglo XIXLord Byron y Percival Bisshe Shelley, los poetas que revolucionaron a Europa no sólo con su arte, sino con sus escándalos sexuales, protagonizaron diferentes ménages a trois, que conmovieron no sólo a la reprimida Inglaterra victoriana del siglo XIX, sino al resto del continente.

El ménage a trois no entraña el simple triángulo amoroso (dos mujeres con un mismo amante o un hombre con dos mujeres), sino que exige un poco más: la convivencia.Decía Shelley que el amor es “libre, requiere vida en común y tener todos los amantes que se quiera”. Y no hace discriminación entre hombres y mujeres.

El quiso siempre ser protagonista de menages a trois. Lo intentó en principio con su amigo Jefferson Hogg, pero no lo logró. La esposa de Shelley, Mary Wollstonecraft -más conocida como Mary Shelley, creadora de Frankenstein- se negó de manera rotunda, pese a la insistencia de su esposo.

Shelley entonces, optó por otro tipo de trío. Llevó a su casa a la hermanastra de Mary, Claire Clermont, a su vez amante de Lord Byron, a lo que ella no opuso inconveniente alguno, sumándose a la idea.

Lord Byron, por su parte, también había asombrado a la mojigata Europa de ese siglo XIX, mediante enormes escándalos, que motivaron su destierro de Inglaterra y que se le prohibiera, de por vida, el regreso al país. Su condición de bisexual, lo llevó desde muy joven a relaciones indistintas, entre las que se destacan algunas con sus compañeros de colegio y otras con sus primas más cercanas.

No es de extrañar que también fuese el eje de su propio trío. Este triángulo estuvo integrado por él, su esposa Ana Isabelle Millblanke y Augusta, hermana de Byron, con quien ya había tenido experiencias incestuosas. Por cierto que cuando se casó con Anabelle –como se le conocía en Inglaterra- le dijo: “Vas a saber que te has casado con el diablo”.

Según cuenta su biógrafo, William Haszlit, “las hacía concursar besándose y actuaba él mismo como juez y protagonista, sumándose a la orgía”. El cine lo magníficó con la película española, Remando Al Viento, producida por Gonzalo Suárez en 1987, en la que se describe la singular convivencia.

No es pues de extrañar que cuando conoció a su Shelley, se formalizara el “triángulo perfecto” que ambos deseaban. Ellos dos amándose entre sí, y a su vez siendo amantes de Mary-Mares de opio, y los más desenfrenados refinamientos sexuales, fueron, durante un año, la pasión única y absoluta del trío, al que se entregaron en materia y espíritu. Este triángulo, en ocasiones se convertía en pentágono, cuando se sumaban a él Claire, hermanastra de Mary y amante de Byron y el médico de éste, John William Polidori. Fue una de esas escalofriantes noches, cuando Byron propuso que cada uno escribiera un cuento sobre fantasmas.

De ahí salieron “Vampirismo”, elaborado por Polidori, pero atribuido siempre a Byron y el inmarcesible Frankenstein, de Mary Shelley. Ambas obras resultaron bestseller -10.000 ejemplares vendidos en una sola jornada- lo que hizo retornar a la fama a los escritores y que se recrudeciera todo el odio que Inglaterra sentía hacia ellos. Las obras de los tres, han traspasado las fronteras universales. Sus tesis hoy son globales y las invitaciones tripartitas, ya son encontradas, sin hipocresías, en los avisos clasificados de los periódicos, y más aún en Internet.Shelley y Byron no terminaron allí. Protagonizaron un triángulo aún más impactante: tres hombres amándose son una pasión sin barreras, pero ese será otro relato.Resta agregar que Inglaterra, no permitió que los restos mortales de los poetas, resposaran en el país, debido a la rigurosidad victoriana.

Historia contada a petición de Juan Carlos Rodelo, periodista de Emisora Atlántico.

"El protagonista humano será siempre el mismo, juguete de la eterna batalla entre el bien y el mal..." Séneca