Las Lobas: símbolo de la sexualidad en el Imperio Romano.

martes, 4 de agosto de 2009

Falo esculpido en la via publica indicando la direccion del prostibulo o lupanar


Desde la leyenda de Rómulo y Remo, hasta los “lupanares”, en Roma y Pompeya.

Es bien conocida la leyenda de la fundación de Roma. El dios Marte, fecundó a una Virgen Vestal, Silvia Rea, y ella concibió gemelos. El rey Amulio, preocupado porque uno de estos descendientes pudiera quitarle el trono, ordenó que se sacrificara a los vástagos, y la madre fuera enterrada viva. El esclavo que debía matarlos, no asesinó a los niños, Rómulo y Remo, quienes fueron amamantados por una loba. Ya hombres, fundaron la ciudad de Roma.

Un descubrimiento reciente, señala que la famosa “cueva de la loba” –según lo reveló el ministro italiano de la cultura en noviembre de 2008, Francisco Rutelli- donde al parecer habían sido criados los niños, semejaba ser más indicada para un sitio de prostitución, que la guarida de una bestia.
“Si la leyenda es real, a los niños los alimentó una prostituta”, señaló en su informe al público.
Los científicos afirman que un niño criado por animales, termina sin poder rencontrarse con su condición humana y que cuando se quiere que la recobren, mueren a una edad temprana pues no se acostumbran a la novedad-
De cualquier manera, los romanos siempre consideraron a la loba (lupas, en latín) como un símbolo de la sexualidad. Durante las fiestas en honor al dios Lupercio, se sacrificaban dos cabras y un perro, con cuyas pieles se cubrían los jóvenes, parta azotar con látigo a las hembras, en la creencia de que ello las haría fértiles.
Las sacerdotisas de Lupercio, quienes ejercían la prostitución con los sacerdotes de este dios, eran llamadas luperci o lobas.
“Lobas, u originalmente lupas, eran llamadas las que ejercían la prostitución sagrada con los sacerdotes de Lupercio –o lobo- en la llamada Área Máxima”, afirma Ciencia Popular.com, haciéndose eco de la historia romana escrita por Plutarco y Juvenal.
Esta fiesta era celebrada en febrero, el día 15, como símbolo de un nuevo ciclo de la tierra, que para entonces era fecunda y debía ser sembrada.
Los adolescentes, sacaban de una vasija unos papelitos en los que de manera previa se había escrito el nombre de las doncellas de la región, y la escogida, debía pasar en los bosques todo un año con quien la seleccionaba.
“Es una etapa en la que todos sienten que la tierra está fecundada y que pronto dará sus frutos. Por eso todos se entregan a esta fiesta con todo desenfado. Las jóvenes lupas (lobas), se sienten poseídas por el espíritu de la Madre Tierra”, dice una mala traducción de un fragmento de la obra de Plinio El Viejo, que ha llegado a los días actuales.

El emperador Claudio II, para estimular esta celebración, prohibió el matrimonio, pero el obispo Valentín, empezó a casar a, escondidas, a todas las parejas que así lo quisieran. Fue martirizado y ejecutado, y la Iglesia Católica lo canonizó, iniciando su conmemoración el 14 de febrero, día que se conoce en los países de Europa y Norteamérica como el día del “Amor y Amistad” o de San Valentín y que en otras partes da inicio a los Carnavales. (Una fiesta dedicada al dios Lupercio, en las que todo era sexo y nunca se sacrificaba a Joselito, como lo pretendió un “historiador” en Barranquilla).

Lobas en Roma y Pompeya.

Los escritos de Plinio El Viejo, quien murió asfixiado por los gases venenosos emanados del volcán Vesubio - cuya erupción sepultó a Pompeya en el año 79 D.C.- se narra una curiosa historia.
Según él en el Imperio, donde fue prohibida la prostitución, ésta se practicaba al comienzo en las afueras de las ciudades. Por tal razón en un comienzo las prostitutas. aullaban como lobas, para atraer a sus clientes”. Esta se practicaba en lasa afueras de la ciudad, a escondidas del emperador Augusto quien en el año 44 A, C, había proscrito la práctica.
Este veto duró algún hasta la muerte de Augusto, quien falleció en el año 14 de la era cristiana. Cuando terminó, como puede verse en diferentes gráficos, en las calles de Roma y Pompeya, se colocaba un falo, señalando hacia donde quedaba el lupanar (guarida de lobas, término con el que hoy se designa a los prostíbulos).

De cualquier manera, y fuera de toda duda, queda el hecho de la simbología sexual de las lobas, por lo menos en lo que compete al Imperio Romano-