La peste bubónica ataca de nuevo…

martes, 16 de junio de 2009


Se usó como arma biológica en el siglo XIV, pero todavía sigue haciendo daño


La noticia no puede ser más alarmante: la peste bubónica atacó otra vez, ahora en Libia, en Tobruk –escenario de una gran batalla en la Segunda Guerra Mundial- y ya amenaza a Europa y al resto del mundo.
Los europeos sólo se percataron de que la peste bubónica existía en el siglo XIV, a raíz del sitio que pusieron los tártaros a Crimea en la región conocida como Kaffa –hoy Teodosia- al sur de Ucrania, a orillas del Mar Negro.
La peste bubónica, se abatió sobre los sitiadores fueron atacados por la mortal dolencia y debieron abandonar su presa, pero antes…Hicieron por primera vez uso de las armas biológicas en la historia. Lo que hicieron fue demasiado simple: ataron los cadáveres de los muertos por la peste a las catapultas, y los lanzaron dentro de la ciudad sitiada. Los comerciantes venecianos que estaban dentro, fueron afectados de forma inmediata y huyeron despavoridos.
El problema se dio porque ya llevaban la muerte en la sangre. La dolencia se extendió a Italia, Francia, Inglaterra y Polonia y exterminó tal cantidad de personas, que esa estadística se perdió en


Los Penitentes o flagelantes
La ciencia nada podía hacer. Por eso, algunos fanáticos crearon la Hermandad de los Flagelantes o Penitentes quienes, en número de cie n o más, recorrían los caminos y las calles de las grandes ciudades, envueltos en túnicas blancas que tenían impresa una cruz roja y la frase “piedad por nosotros los pecadores”. Se cubrían la cabeza con capuchas, se desnudaban el torso y empezaban a golpearse con frenesí hasta el próximo, lo que originó que muchos murieran durante el acto de penitencia.
De esa manera, consideraban ellos, Dios perdonaría los pecados de la humanidad y se llevaría la trágica enfermedad. (¿No se les parece esto a lo que ocurre en Santo Tomás, Atlántico?)
El Papa Clemente VI, puso fin a la ordalía, pues estos penitentes se consideraban tan santos, que ya podían determinar a qué pécadores se les podía dar castigos y a quienes la muerte, convirtiéndose en una amenaza tan grave como la propia peste.


Pero… ¿Qué es la peste bubónica?
Es transmitida por las ratas. Los animales infectados, son picadas por las pulgas y éstas últimas. Al atacar a los seres humanos, les inoculan el virus mortal. Se denomina “bubónica” porque todos los ganglios del cuerpo humanos se inflaman de manera irreversible, hinchándose y formando tumores conocidos como “bubones o bubas”, que los médicos de la época intentaban curar rajándolos. De tales inflamaciones brotaba la sangre, oscura por completo, a causa de la septicemia o envenenamiento que se producía en el organismo. La muerte podía tardar varios días y era de lo más doloroso que se tuviera noticias. No había remedio. La humanidad parecía condenada al desastre.
Muchos lo atribuyeron al exterminio que se hizo de las ratas negras, que al parecer portaban la enfermedad que después era transmitida por las pulgas, la desaparición de la peste. Esto no era del todo cierto. Otras especies de animales, incluyendo la rata parda y los conejos, podían también padecerla y expandirla. Lo cierto de todo es que las embestidas de la peste se fueron espaciando cada vez más, aunque se sigue presentando en nuestros días.


Otra vez en Africa
Otra vez ataca en Africa este espantoso flagelo. En los días siguientes a la Segunda Guerra Mundial, apareció en Orán, en Argelia, que era colonia francesa y de nuevo a Europa.
Loa horrores que allí se vivieron, vienen de manera espeluznante descritos por Albert Camus en La Peste –obra culminada en 1947- en las que se explica el padecimiento de la población, que fue el mismo que se experimentara en Londres en el siglo XVII y que luego se extendiera por el resto de Europa afectando a la Península Escandinava.
La medicina, desde luego, ha avanzado desde aquellos días pero, de todas formas, la mejor manera de combatirla es la prevención. Cuarentena y el ataque frontal a las ratas.