DESDE “NACHO” VIVES HASTA EL “CURA” HOYOS

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Una victoria política lograda desde la reclusión carcelaria y quienes quieren repetir la historia

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“El protagonista humano será siempre el mismo, juguete de la eterna batalla entre el bien y el mal”: Séneca

Hace cuatro décadas, el país se estremeció con los febriles debates que adelantó el entonces parlamentario, José Ignacio Vives Echeverría, en contra del gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo.

Vives Echeverría –más conocido como “Nacho”- acusó de tráfico de influencias al entonces ministro de Agricultura, Enrique Peñaloza, quien mediante una sociedad que mantenía con el director del Instituto de Fomento Industrial,  IFI, Miguel Fadul, había conseguido contratos estatales substanciosos, para familiares y amigos.

El debate –primero y único que se transmitiría por radio- fue tan candente, tan enconado, que incluso involucró al hijo del presidente Lleras, Carlos Lleras de la Fuente, en una importación ilegal de vehículos y autopartes procedentes de Europa.

Con un verbo ardoroso, incendiario, Vives Echeverría paralizó y polarizó al país y el gobierno de turno, determinó enjuiciarlo por “injuria y calumnia”, lo que determinó su reclusión legal.

Pero Vives, en su encierro, era más, mucho más peligroso para el sistema. En una proclama, invitó a toda la Costa Atlántica a votar en las presidenciales de 1970 por el general Gustavo Rojas Pinilla, el peor adversario que tenía el denominado Frente Nacional, que era la alternación de los partidos tradicionales en el poder –Liberales y Conservadores- cada uno durante 4 años.

La adhesión de Vives a la candidatura de Rojas, tuvo un impacto increíble. A pesar de que había un candidato costeño para la presidencia, Evaristo Sourdís, la votación fue abrumadora en favor de Rojas. Obtuvo más de 200 mil adherentes y triunfó en todas las capitales de la región. Con excepción, por supuesto del Atlántico, de donde era oriundo Sourdís, quien sólo consiguió en toda la zona, menos de 180 mil.

El poder de Vives era tan aplastante desde su sitio de encierro, que casi hay un enfrentamiento armado porque se decía que el presidente Lleras “le robó las elecciones al General Rojas y a su partido la Anapo”.

Incluso, por esta razón apareció en Colombia el grupo armado M-19, que se desmovilizó en los años 90.

“El Cura” Hoyos

Bernardo Hoyos Montoya, alcanzó en Barranquilla a despertar un fervor casi similar al logrado por Vives a finales de los 60s. La ciudad, siempre iconoclasta y deseosa de cambios, lo escogió como su líder, lo convirtió en una especie de redentor de las clases desprotegidas, en un Robin Hood, que le quitaría a los ricos para darle a los pobres y lo llevó al cargo de alcalde en 1990.

Los periódicos de la época, señalan que su administración fue buena, muy buena. Y debió serlo, pues para el período electoral siguiente, el neurólogo Edgar George, alumno favorito de Hoyos, derrotó en la contienda electoral al locutor Ventura Díaz, a quien las encuestas daban como seguro ganador.

A pesar de las divergencias posteriores con George, y de no contar con su respaldo desde el primer cargo distrital, Hoyos volvió a salir a la plaza pública y derrotó en la lid de elección al médico Humberto Caiaffa Rivas, de quien siempre se burló, llamándole “Caifás”.

Pero la popularidad de Hoyos, fue disminuyendo. Sucesos como la negociación irregular del Edificio del Banco de la República –donde hoy funciona la alcaldía- mermaron su prestigio y para el período siguiente, su candidato Guillermo Hoenisberg, fue derrotado por Caiaffa, quien así logró consolidar su vieja aspiración de ser el burgomaestre de la ciudad.

La mala administración de éste –así la han definido todos los especialistas políticos locales- le dio nuevos bríos y renovadas fuerzas al “Cura” Hoyos, quien para el período siguiente, logró que se eligiera para el cargo a otro de sus alumnos aventajados, Guillermo Heonisberg, derrotado en el anterior debate.

Un confuso asunto –la compra de unos terrenos para edificar viviendas populares en un sitio conocido como El Vesubio en la localidad de Juan Mina- hizo que tanto Hoenisberg como Hoyos Montoya, a la sazón ya rivales, fueran enjuiciados,

Hoyos Montoya huyó en tanto que Hoenisberg cumplió arresto en un centro penitenciario local.

la historia parecía terminar ahí pero…De manera abrupta e inesperada, Hoyos reapareció el pasado fin de semana…y se entregó de forma voluntaria a las autoridades.

De nuevo, haciendo gala de un verbo que ha sido definido como “populista y vulgar” el “Cura” ha empezado a intervenir en política, acusando a los dirigentes locales de “corruptos y maniobreros”-

“Ellos son los que me han jodido”, dijo al momento de la entrega.

El movimiento de oposición, denominado Polo Democrático, al que pertenece Hoyos Montoya, ha sido barrido en las últimas contiendas. Sus candidatos perviven en un número irrisorio en el Concejo Distrital y según las encuestas, no posee un candidato con la fuerza suficiente como para llegar al éxito en la justa electoral que se avecina.

Algunos de sus partidarios, ya empezaron a señalar que Hoyos, “puede ser ese líder que la izquierda necesita”, y que en las urnas, es capaz de derrotar a quien quiera que se le ponga al frente.

¿Tratará Hoyos de que la historia de Nacho Vives y Rojas Pinilla se repita? ¿Podrá ganar las elecciones desde la cárcel? ¿Despierta todavía el “Cura” el fervor suficiente como para barrer en unas elecciones?

Opiniones sobre este particular las pueden enviar los lectores a los correos pepepanchovilla@hotmail.com o pepepanchovilla@yahoo.com.co