LOS CELOS: EL ASESINO “MONSTRUO DE LOS OJOS VERDES”, DESCRITO POR SHAKESPEARE

miércoles, 6 de enero de 2010

la ancestral leyenda de que el adulterio debe “ser lavado con sangre”

 otelo y desdemona bodas de sangre

          Otelo y Desdémona                             Bodas de Sangre 

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Las espantosas tragedias ocurridas en el departamento del Atlántico en los últimos días, hacen reflexionar sobre la vieja tendencia del hombre, a cobrar con sangre los llamados “delitos de honor·, que no son más que el producto de la celotipia, con bases ciertas o no.

Ha sido motivo de grandes obras literarias. Shakespeare, por ejemplo, cuenta en Otelo, la historia del moro celoso que –inducido a creer que su esposa había cometido adulterio- la mata.

Otelo era un militar, de brillante carrera, que logró despertar la envidia de su ayudante, Yago, quien decidió provocar una gran tragedia.

Para ello, desperró los celos del moro, haciendo colocar un pañuelo de su esposa,Desdémona, en la habitación de Casio, un teniente del ejército.

per antes, Yago había logrado que Casio se embriagara, discutiera con otro militar, y fuese expulsado de la  milicia por Otelo. Casio, desesperado por la situación, recurre a Desdémona, con la finalidad que ésta intervenga ante su esposo para conseguir el perdón.

Desdémona así lo hace, pero era la oportunidad que Yago esperaba. Dejó un pañuelo de Desdémona en la habitación de Casio, e hizo que Otelo lo hallara.

El “Monstruo de los Ojos Verdes” –como describe Shakespeare a los celos- se posesionó de la mente de Otelo, quien no dudó en matar a su esposa.

La obra termina en una singular tragedia en la que mueren todos los protagonistas.

Atreo y Tiestes

Cuenta la historia griega que Atreo –padre de Menelao, el de Troya- tomó una atroz venganza sobre su hermano Tiestes, quien había seducido a su mujer, Aérope.

Ésta fue condenada a muerte, pero Atreo no estaba satisfecho. Un día invitó a su hermano a un opíparo y pantagruélico banquete que Tiestes disfrutó hasta la saciedad…¡sin saber que estaba devorando las carnes de sus propios hijos!,

El celoso Atreo había hecho asesinar a los hijos de su hermano, cuyos cadáveres ordenó preparar como si se tratar de deliciosas viandas.

La historia fue descrita con más detalles en este blog, a raíz de otro horripilante crimen familiar que tuvo ocurrencia el 19 de junio del 2009, cuando Johnny Ortiz Suárez, en el barrio Me quejo, asesinó de manera brutal a su esposa, Eucaris Suárez y luego se suicidó. Los pormenores pueden encontrarse a través de la Etiqueta, Tragedias, en la parte derecha de esta publicación.

Bodas de Sangre, de Federico García Lorca

En España, donde estas situaciones son tan habituales como en América Latina, la Literatura no ha escatimado esfuerzo alguno para recrearlas.

En Bodas de Sangre,  Federico García Lorca, describe la tenebrosa historia de un hombre, cuya esposa huyó –la misma noche del matrimonio- con un amante secreto que tenía-

La propia madre del burlado, coloca en manos de su hijo una navaja -antes lo había reprendido por usarla- y le ordena que no deje sin castigo esta “lesa ofensa de honor. Desde luego, termina en tragedia porque los dos pretendientes de la hembra, se matan acuchillándose entre sí.

Pero frente al adulterio… ¿Por qué matar?

No hay explicaciones; sólo se entregan hipótesis. La más aceptada es que el hombre mata a la adúltera por el orgullo herido.

El “macho” no escoge, dicen algunos siquiatras. El se limita a tomar a a toda aquella mujer que se le ofrezca, sin importar físico, actividad social, raza o algo por el estilo.

la mujer –dicen- no hace lo mismo. Ella no se entrega al primero que pasa. ella hace una selección muy cuidadosa del espécimen que a va a elegir, comparándolo en todos los aspectos con su compañero sentimental.

Con esa actitud, ella le está diciendo a su hombre de turno que es inferior en todo sentido al que acaba de seleccionar. En el plano inteligencia, en el físico, en el económico y en el que más puede mortificar al reemplazado: en el sexual.

Señalan los especialistas que, una mujer que le es infiel a su consorte, sólo le está diciendo a ése: “Mira, elegí a alguien que es superior a tí en todos los campos”.

Si esto es cierto, ¿Cuántos hombres estarán en capacidad de soportarlo? ¿Será esa ofensa salvaje, demoledora contra su orgullo la que el hombre cobra con sangre? Los lectores extraerán sus conclusiones.

“El protagonista humano será siempre el mismo: juguete de la vida, de la eterna batalla entre el bien y el mal”: Séneca