MAL RIVAL, MAL PARTIDO

martes, 9 de junio de 2009


Aunque ganó, Colombia decepcionó

Por José Daniel Sánchez Machacón, estudiante de 10mo. Grado en la Normal Superior La Hacienda

Aunque Perú era “una mula bien mansa”, los colombianos no se pudieron mostrar y tanto el público, como la prensa, salieron disgustados.
Si bien en el primer tiempo el equipo cafetero atacó y generó las mejores opciones, en el segundo los jugadores descendieron en su nivel; el gran esfuerzo físico de algunos y unos malos cambios hechos por el técnico, hicieron que se naufragara ostensiblemente, disminuyendo el ritmo y como asustados por el rival. “No hay derecho”, como dijo el comentarista de Caracol, “de tener que pedir tiempo frente al último equipo de las eliminatorias”.
Era una de las cinco finales que le esperaban a Colombia para tratar de ir al Mundial. Las otras cuatro serán Ecuador, Chile Paraguay y Uruguay, que son bien duros. Y si se juega como ante Perú, estamos listos

Así vio a los jugadores de Colombia, Pepe Comenta
Ospina: No tuvo mayor riesgo en el marco a pesar de los peligrosos ataques de Perú : 5.5
Perea: Bien cubriendo su zona aunque le faltó lucha:6
Yepes: El mejor de la defensa; bien en los cierres y contribuyendo en el medio campo: 7
Zapata: El más discreto de la defensa, aunque seguro en ataque : 6
Zúñiga: El mejor; buenos enganches y excelente en ataque como en defensa: 8
Vargas: Jugó bien hasta cuando lo sacaron: 6.5
Guarin: Otro de los que jugo bien . Impasable y bien en el ataque: 7.5
Marín: No acompañaba a los delanteros y cuando lo hacía, mal en sus salidas: 5.5
Torres: En momentos aparecía pero luego se perdía: 6.5
Renteria: Parecía un alma en pena en la cancha: cuando trataba de atacar, lo hacia mal. El más discreto de Colombia: 5
Garcia: Hizo el gol y generó opciones de riesgo que pudieron terminar en anotaciones: 6
Aguilar: Su ingreso desordenó un poco el medio campo: 5.5
Rodallegas: Su entrada no le dio progreso a Colombia; un cambio inservible 5.5
Pino: Llevó el peligro al arco peruano con algunas individualidades de mucho riesgo, que no fueron aprovechadas: 6


Por el momento, nadie se ha puesto de acuerdo sobre la época en que vivió, aunque algunos afirman que el hecho ocurrió entre el 855 y el 857, fecha en que según los anales históricos, Benedicto III ocupaba el solio papal. Por esto, hay quienes sostienen que Benedicto era un disfraz, que ocultaba una identidad femenina.
Otros señalan algo diferente: Juan VIII, papa entre los años 872 y 882, era en realidad Juana La Papisa.
Los relatos afirman que Juana habría nacido en cercanías de Maguncia, en Ingelheim am Rhein y que para poder cursar los estudios eclesiásticos en la comunidad Juan Apóstol, de origen anglosajón, decidió disfrazarse de hombre. Es bueno recordar que en esos tiempos, las mujeres tenían, tal como hoy, prohibido el ejercicio sacerdotal.
Pero bien pronto, Juana –o Juan, según se crea- se destacó por su devoción, su férrea vocación y por una inquebrantable dedicación al aprendizaje. En un momento difícil para el catolicismo, cuando ya los prelados habían dado muestras de debilidades frente al sexo opuesto y eran muchos los escándalos que suscitaban, Juana –o Juan- sobresalía por su virtuosismo y una castidad a toda prueba, rechazando cualquier intento femenino por atraerla. (Esto último era natural, si como se cree hoy en día, era en verdad una mujer)
Tales méritos, según el historiador Martín el Polaco, esta rectitud de costumbres, llevaría a Juana a los más altos cargos jerárquicos de su comunidad y a visitar las cortes de Constantinolpla, donde conoció a la emperatriz Teodora, ya bastante anciana, Por consejos de la soberana se trasladó a Atenas donde, siempre disfrazada de hombre, estudió medicina con el rabino Isaac Israeli y más tarde llegó a Francia a la corte de Carlos el Calvo, de la dinastía de los francos, en la que por su capacidad intelectual, ocupó varios cargos docentes.
Sus éxitos y sobre todo, su dedicación a la vida monástica y su castidad a toda prueba –que no era virtud de los monjes- llegaron a oídos del Papa León IV quien, sin mayores requerimientos, la convirtió en su secretaria para asuntos internacionales. De allí al papado, sólo había un paso.
Juana fue elegida papa a la muerte León IV, y adoptó uno de los dos nombres señalados en principio: Benedicto III o Juan VIII, en el año 855-
Aquí aparece de nuevo la leyenda. Según Martín el Polaco, Juana se enamoró de una manera total, pérdida e irrefrenable del embajador Lamberto de Sajonia , lo que causaría su perdición, el escándalo más brutal de cuantos se conocieran hasta entonces, y una vergüenza absoluta para la Iglesia Católica.
Según el historiador, Juana quedó embarazada de Lamberto, pero gracias a sus precauciones y a la amplísima vestimenta papal, logró ocultar su estado, mediante el recurso de evitar –como siempre lo había hecho hasta entonces- que los camarlengos o ayudantes de cámara la ayudaran a cambiarse de ropas.
Su sexo seguiría oculto por un tiempo, pero un día, en el trayecto entre El Vaticano y Letrán, frente a la Iglesia de San Clemente, Juana parió allí, frente al público dejando a todos asombrados, Según Martín el Polaco, Juana murió a consecuencias del parto, en el que no fue atendida por médico alguno.
Según otro historiador, Jean de Mailliy, la multitud enfurecida, apedreó a Juana hasta morir, luego de ser arrastrada por la vía púbica durante media legua , pereciendo allí también su vástago, según se dice, un varón.
A raíz del hecho, las procesiones dejaron de pasar por la Iglesia de San Clemente.

LA IGLESIA NO DEJA ESPACIO PARA EL SUCESO PERO…
Los anales de la Iglesia Católica, no dejan ningún espacio donde colocar a la Juana entre los papas León IV y Benedicto III. El segundo habría reemplazado al primero de forma inmediata, muy a pesar de que Benedicto debió esperar algunos días para posesionarse de la dignidad pontifical. Sin embargo, esto no mata la leyenda, que todos dieron por cierta hasta el siglo XVI, cuando fue rechazada de raíz por la Iglesia Católica.
Quienes apoyan la hipótesis de la existencia de Juana y de su arribo al más alto cargo en la jerarquía eclesiástica, afirman que las denominadas “silla curiales” que son emblema de las colegiatura romana.
Tales sillas, que están perforadas en el sitio exacto donde quedan los genitales de un hombre sentado, son la prueba de que Juana sí fue real. Según Martín el Polaco, a partir de entonces, los pontífices elegidos, tenían que sentarse en tales muebles, desnudos en su totalidad, hasta cuando un eclesiástico observara con gran detenimiento sus atributos viriles- Entonces, el encargado de tal menester decía “Duos habet et bene pendentes” (Tiene dos y cuelgan bien).
¿Se resolverá alguna vez este enigma? ¿Está hoy el mundo interesado en que se aclare de una vez por todas este episodio?
Hasta el momento, los papas no han vuelto a pronunciarse.


Desde la leyenda del frustrado vuelo de Icaro, la humanidad siempre se ha estremecido hasta sus cimientos cada vez que ocurre una catástrofe aérea. Tal acaba de suceder con la espantosa tragedia del A330 de la Air France, que partió desde Río de Janeiro hacia París , pero cuya señal se perdió de los radares, unas horas después del despegue.
El avión despegó a las 19 horas locales del día 7 de la capital brasileña, y a partir de la 1;30 del lunes –también hora de Río- no pudo ser captado otra vez por los radares. La nave llevaba 216 pasajeros y 12 tripulantes de quienes se presume, murieron en el siniestro.
El experimentado controlador aéreo barranquillero, Jaime Ortega Gómez -quien laboró por más de treinta años cumpliendo tal función en la Aeronáutica Civil- tiene una versión particular del suceso.
En diálogo con el blog PEPE COMENTA, Ortega dijo que sólo hay dos razones para que un avión desaparezca de la pantalla de los radares, de la forma tan abrupta como pasó: una, que la aeronave haya sido secuestrada y la otra, que haya sufrido un sabotaje.
Al descartarse el secuestro, la hipótesis del sabotaje se agigante, adquiriendo dimensiones insospechadas. Incluso en algunos medios de comunicación se ha llegado a señalar que la Air France ya había sido objeto de una amenaza, de la que sería objeto un A330, cuyos vuelos comerciales jamás habían tenido problemas.
Pero desde el fatídico vuelo de Icaro, que narró el escritor romano Ovidio (43 A.C a 17 D.C) en su obra La Metamorfosis, el mundo ha sido abrumado con tantas explicaciones sobre las probables causas, siniestros. Las razones que se entregan desde las empresas aéreas, terminan dejando insatisfechos a todos.
Juan Carlos Buggy sostiene en Emisora Atlántico la tesis de que el avión es el transporte más seguro entre los existentes y para soportarlo recurre a las estadísticas de accidentalidad de las aeronaves.
“La probabilidad de que un vuelo caiga es apenas de uno en medio millón de casos. Los sistemas de control de hoy en día son casi infalibles”, dijo. Y esa estadística es válida a toda prueba. Tal vez por eso, cada accidente causa un impacto brutal en la humanidad que, aterrada desde cuando el hombre quiso volar imitando a las aves, se sobrecoge ante estos hechos.
Pero…¿Cuál fue el vuelo de Icaro y por qué terminó en tragedia?
EL CASTIGO DE DEDALO Y SU HIJO
Según Ovidio, Dédalo era no sólo un gran arquitecto sino que acumulaba una enorme causa de conocimientos de ingeniería, medicina, poesía y otros, con los cuales lo había favorecido la diosa Palas Atenea, la Minerva de los romanos,.
Pero Dédalo, celoso porque estaba siendo superado por su sobrino Talo –otro protegido de la diosa- determinó asesinarlo . Para ello, lo invitó a un paseo por una colina bastante escarpada y en un descuido de Talo, lo hizo caer desde lo alto.
Palas Atenea no lo dejó perecer- Le dotó de alas, que lograron evitar la horrible caída, y decidió castigar a Dédalo por su pecado,
Para ello, lo hizo caer –en compañía de su hijo Icaro- en manos de Minos, rey de Creta quien a su vez, por castigo de los dioses, tenía un hijo monstruoso llamado el Minotauro –mezcla de toro y hombre- que se alimentaba con la carne de las vírgenes.
Minos le ordenó a Dédalo construir un laberinto donde el engendro estuviera seguro, para que no lo mataran los cretenses. La construcción de Dédalo fue tan intrincada y perfecta que, quienes entraban al laberinto, jamás podían salir de él. Dédalo juró mantener en secreto todo lo relacionado con el laberinto, pero cometió un error mortal: se lo contó a Ariadna, hija de Minos quien a su vez se lo reveló a su amante Teseo. Y éste, valiéndose de un hilo que le permitiría salir de esa construcción, mató al Minotauro, huyendo después sano y salvo.
La rabia de Minos no tuvo límites y para castigar al traidor Dédalo, lo confinó junto con su hijo Icaro en el laberinto que había servido de guarida del monstruo, para matarlos de hambre.
Pero Dédalo, halló unas plumas de ave –no se sabe cómo- y suficiente cera para diseñar dos pares de alas que les permitirían, a él y a su vástago, escapar del laberinto.
Al momento de emprender el vuelo, Dédalo le advirtió a Icaro sobre los peligros de volar demasiado alto o muy cerca del suelo, lo mismo que elde exponerse demasiado tiempo a los rayos solares.
Icaro, joven e inexperto –y por lo tanto imprudente- desoyó los consejos; se expuso al sol, se derritieron sus alas y cayó desde la altura, muriendo de maera atroz e inmediata.
Pero el hombre, siempre quería elevarse a los cielos. Y por tanto, los accidentes siguieron ocurriendo, en las mismas condiciones que lo sucedido con el A330 de la Air France. Y entre las explicaciones que se dan, siempre aparecen los sabotajes – O las fallas humanas que bien pueden ser provocadas.
LA ESPANTOSA TRAGEDIA DEL HINDENBURG
Los hermanos Montgolfier crearon, mediante la utilización del aire caliente y unas telas impermeables, el globo, que le permitiría al hombre una ascensión casi segura hasta el firmamento.
Este aparato probó ser de una gran eficacia en las guerras, Los franceses afrontaban dos conflictos vílicos durante la Revolución de 1789: el interno, entre los partidarios del rey y la burguesía, y uno externo, frente a la coalición compuesta por Prusia, Austria y varios ducados alemanes, además de la ayuda española que pretendía restaurar la monarquía y volver a colocar en el trono a Luis XVI.
En la batalla de Fleurus, los franceses hicieron valer su superioridad tecnológica. El comandante del ejército, Jean-Baptiste, conde de Jourdain hizo fijar a tierra mediante cuerdas un globo, cuyos tripulantes se encargaban de enviar hacia abajo señales en las que revelaban los movimientos del ejército contrario.
Jourdain aprovechó la ventaja de saber qué planeaban sus adversarios y concer sus posiciones, para obtener una victoria definitiva sobre la coalición internacional. Este éxito ha considerado una los más brillantes en la historia bélica del mundo y lo aprovecharon los francés para consolidar sus posiciones y ganar la lucha.
El globo dio paso al Zeppelin o dirigible que, mediante el mismo principio físico químico de la densidad más baja que el aire que poseen algunos gases, logró el transpote de pasajeros desde antes de la primera Guerra Mundial.
Varios dirigibles habían ya cubierto la distancia trasatlántica pero el Hindenburg, sobrepasó todo lo anterior, convirtiéndose en la maravilla de su tiempo.
Este dirigible era tres veces más largo que un Boeing 747 y estaba hecho en algodón, recubierto por una mezcla de óxido de hierro, y acetato de celulosa, todo ello mezclado con polvos de aluminio, la mezcla conocida como duraluminio, lo más resistente y liviano que se conocía en ese entonces.
Medía 245 metros de largo y 41 de ancho, y tenía una capacidad para 200.000 metros cúbicos de gas todo ello soportado por 4 motores diesel elaborados por la firma Daimler –Mercedes y desarrollaba 135 kilómetros por hora.
Este monstruo podía albergar en su interior 50 pasajeros y 51 tripulantes quienes ya no viajarían en góndolas, como se hacía antes, sino en la parte interna del aparato, con las comodidades correspondientes.
Para el año de 1936 ya se había probado la efectividad del helio en tal medio de transporte, pero el gobierno no de los Estados Unidos no permitía que los alemanes lo usaran pues estaban bajo embargo, luego ser vencidos en la Primera Guerra Mundial.
El Hindenburg partió con 130 personas de Franckfurt, con destino a Lakehurst, Estados Unidosd, en cercanías de Nueva York.
El fatídico 6 de mayo a las 19:25, el Hindenburg, que había sobrevolado Nueva York y muy cerca de Lakehurst, estalló y se incendió.
“¡Ha estallado!. ¡Está en llamas, en llamas….en llamas°, dijo el locutor Herbert Morrison para su emisora, que transmitía los detalles del vuelo.
De manera extraña, sólo murieron 35 personas, la armazón metálica quedó en el suelo y mucho después fue vendida como chatarra.
También, como en el caso del A330 de la Air France, se dieron explicaciones técnicas: el duraluminio se recalentó y el hidrógeno, pero la hipótesis del sabotaje siempre ha estado latente.
Se dice que un pasajero, Eric Spehl mecánico antinazi –quien murió en el accidente- habría provocado el incendio desde dentro, para ridiculizar a los fanáticos alemanes. De la misma forma se indica que la novia de Spehl, comunista convencida y enemiga acérrima del régimen, le habría pedido a su novio el sacrificio.
Y desde luego, hay la hipótesis romántica: un pasajero, desairado en amores, se habría suicidado de un disparo dentro del aparto, causando el incendio del Hidrógeno, gas de naturaleza inflamable y explosiva.
Lo cierto de todo, es que circunstancias claras no hay en torno a ambos accidentes. Y la realidad se mezclará para siempre con la fantasía.


A pesar del gran disgusto que se originó en la ciudad a raíz de los incrementos en los impuestos por parte de la alcaldía -especialmente en el caso del Predial- lo cierto es que nadie parece preocuparse por la molestia de los barranquilleros. Por el contrario, los cuerpos legislativos han señalado que una nueva cascada de gravámenes, caerá otra vez sobre Barranquilla y el departamento.
Se habla de una estampilla que se cobrará a todos los usuarios de la telefonía celular, que será cobrada a las casas matrices, y que será pagada por los usuarios al momento de renovar sus planes de servicio, de cambiar su equipo de comunicación o, más simple aún, en el momento de adquirir una tarjeta. El dinero obtenido, servirá para sostener todas las actividades deportivas en el departamento. (¿Y para eso no fue creado Coldeportes, que ahora tiene un nombre rarísmo?
Lo único real de todo esto es que nadie sabe a ciencia cierta qué pudo haber ocurrido con los recaudos hechos en el pasado, porque el deporte se está muriendo de inanición en el Atlántico. Y como siempre, son los ciudadanos más comunes y menos culpables del mal manejo que se ha hecho con la plata recogida, quienes tienen que salir a pagar el daño que hicieron los corruptos-
Las enormes cantidades de dinero que algunos han almacenado en los bancos de Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Francia y España, seguirán allí. Jamás serán investigadas para saber de donde las obtuvieron sus propietarios . Es la historia de siempre: los ladrones de cuello blanco disfrutando de lujos provenientes de sus rapacerías, y los ciudadanos…¡Tapando los huecos económicos abiertos por los malandrines…!
Para empeorar tal estado de cosas,, los diputados anuncian que serán gravadas las entidades de servicios públicos , agua, electricidad y gas natural. El producido de este nuevo impuesto, será destinado a financiar al CARI, una entidad que fue saqueada de manera vil y artera desde sus inicios .
¿Por qué no pueden ser los gobernadores anteriores, los parlamentarios y los gerentes que pasaron durante mucho tiempo por allí quienes respondan por este atroz ilícito? No. De ninguna manera. A esos pobres ciudadanos hay que dejarlos tranquilos. Bastante hicieron con servirle al departamento. Que sean los infames y estúpidos usuarios que votaron por ellos para las diferentes corporaciones y quienes asuman los pasivos que deja el infortunado CARI.
Magnífica política económica ¿verdad? Yo robo, tu pagas y luego votas por mí en las próximas elecciones. Claro que este comportamiento humano, se ha venido produciendo siempre, desde cuando la humanidad existe, La actitud del hombre, se repite a través de los tiempos.
LOS IMPUESTOS EN ALGUNAS EPOCAS DE LA HISTORIA
La famosa figura de las concesiones, que en Colombia parece haber hecho ya crisis, se inició en el Imperio Romano. La Biblia, señala que uno de los discípulos de Jesús, Mateo era odiado por pueblo hebreo, porque era “Publicano”.
Un publicano no es otra cosa que un concesionario, que recibe del gobierno la autorización para el cobro de los impuestos, valiéndose de la vía que fuere. La plata recaudada, desde luego, iba a parar a sus bolsillos. Una mínima parte entraba a las arcas del Imperio.
Queda sobreentendido que los impuestos sólo los pagarían quienes no estuvieran protegidos por el estado. Los favoritos de los emperadores eran intocables, pero los artesanos, los dueños de pequeños negocios y las clases más pobres, sí eran exprimidos hasta el final. Evadir el pago de los gravámenes, equivalía a una sentencia de muerte si el publicano se enteraba.
Pero…¿Para que cobraba el estado tales gravámenes? Fácil. Para sostener la lujosa vida de los emperadores, quienes tenían unos caprichos tan extravagantes, que rayaban en lo ridículo. Esta fue, según el historiador Teodoro Mommsen, una de las causas que motivó la desaparición del poderoso Imperio Romano. El pueblo no aguantó más-
Los “publicanos” o concesionarios, tuvieron una versión aumentada y corregida en la Francia medieval, llamados los prebostes. Asfixiaban de tal manera a los burgueses y campesinos pobres, que éstos últimos terminaban por sublevarse. Pero la monarquía francesa poseía un arma temible para amedrentar a los remisos a pagar tributo: La Inquisición.
En Francia, igual que ocurría en Roma y que sucede aquí en el departamento del Atlántico, los reyes y sus favoritos, disfrutaban de comodidades en exceso. Muchas veces no podían siquiera gozar de ellas. Eran verdaderos zánganos; vivían como dioses eso sí, pero a costas de quienes trabajaban de forma ardua para procurar el sustento de todos.
Una muestra de todo eso la entrega Maurice Druon, novelista e historiador francés en La Flor de Lis y El león que es el título del tomo VI de la colección Los Reyes Malditos, refiriéndose a la reunión celebrada en Amiens el 6 de junio de 1329 entre Felipe VI de Valois y el rey de Inglaterra Eduardo III: ”De las huertas, llegaban en barcas planas, montones de lirios, de ranúnculos, de jacintos y de azucena eran descargadas en los muelles del mercado, para después ser extendidas por las calles, las salas y los patios, por donde debían transitar los reyes. La ciudad estaba saturada con el perfume de las flores aplastadas y del polen que se pegaba a las suelas”.
Todo ese boato, esa exageración presuntuosa y sibarítica que sobrepasaba al más sofisticado de los refinamientos de épocas pasadas, era pagado por los impuestos con los que se exprimía hasta el tuétano a burgueses, comerciantes y artesanos.
¿Pero…quieren leer más? Sigamos a Druon. En esa misma fiestecita, se consumieron …”Cuánto vino, especias, harina y carne! Rebaños enteros de bueyes y cerdos pasaban hacia los mataderos; las carretas llevaban a las cocinas de los palacios cientos de gamos, ciervos, jabalíes, corzos, pencas, esturiones, lucios, bremas, los mejores capones, los más gordos gansos, faisanes de vivos colores, blancas garzas y pavos reales. Y los toneles de vino abiertos por todas partes…”
Esta infamia, esta opresión, tenía que terminar como terminó: con la Revolución Francesa que decapitó a todos los que habían disfrutado con la sangre de trabajadores honestos pero esquilmados por una monarquía afeminada y decadente.
Todo eso, gracias a los impuestos. Como se señaló en principio, el comportamiento del hombre siempre es el mismo a través de la historia . ¡Y los mismos sinvergüenzas en todas las épocas!
¿O es que no se han visto los automóviles más lujosos, las residencias más estrambóticas, o penthouses que sólo podrían ser adquiridos por los jeques petroleros del Oriente Medio, o los últimos adelantos tecnólogicos en manos de los hijos de quienes metieron la uña no sólo en el CARI sino en muchas otras entidades públicas del departamento?
Podríamos llenar un blog con todas las historias que rodean a los impuestos- Ha habido algunps tan miserables como el que implantó Miguel Miramón en Méjico: el impuesto al aire, que se cobraba por el número de ventanas que tuviera cada casa, o el que se cobraba en la España romana, en tiempos del emperador esa Vespasiano: el tributo a la viudez. Lo pagaban quienes enviudaran, pero también tenían que tributar si volvían a casarse.
Con el cobro de un impuesto especial, el Rey Alfonso VI, pagó por la muerte de su hermano el rey don Sancho II, a quien asesinó Dolfos Bellido en Toledo y hay más. Pero vamos a esperar en Barranquilla a ver qué ocurre con nuestros legisladores.