Una curiosidad matemática

domingo, 21 de junio de 2009


Hace 44 años, en el aire se esfumó, desapareció, un billete de a peso. Ayúdennos a encontrarlo…


Transcurría tranquilo y apacible en la un tanto bucólica ciudad de Barranquilla, el año de 1965. Un feroz enfrentamiento entre la dirigencia deportiva, rompió la paz del momento.
Alfonso Sénior, respaldado por representantes del fútbol en el interior del país, pretendía llevarse la sede del fútbol para Bogotá; en Barranquilla, Eduardo Carbonell Insignares y Eduardo de Castro, estaban a la vanguardia del movimiento que quería evitar el despojo.
Por ello, los jugadores afiliados a la Dimayor, no se hicieron presentes ante la convocatoria de la Adefútbol para integrar el seleccionado colombiano y para enfrentar las eliminatorias para el Mundial de Inglaterra, hubo necesidad de convocar a un grupo de futbolistas aficionados de la costa –con algunos profesionales- para conformar la escuadra, que debía enfrentar a Chile y Ecuador.
Desde Bogotá, se dijo cualquier cantidad de improperios contra la Adefútbol, la dirigencia y llos propios futbolistas, de manera especial porque los resultados no se dieron.
Pero ese día 7 de agosto a las 12 del día, llegó la revancha: Colombia, con sus encopetados y pomposos seleccionados elegidos en Bogotá, jamás había podido ganarle a Chile y ese día, con dos goles de Antonio Rada, se logró un resonantes éxito.
La alegría colectiva no tuvo límites. Era un triunfo sobre la aristocracia chapineruna, y eso había que festejarlo.
Para ello, Abel González Chávez, Juan Carlos Buggy y Pepe Sánchez, decidieron tomarse una botella de whisky en la residencia del último de los citados, frente al Romelio Martínez.
Pidieron el whisky en la tienda del señor Juan C. Rodelo quien les cobró treinta pesos. Abel puso 10 pesos, Buggy diez más y Pepe otro tanto. Salieron con la botella.
Pero el tendero Rodelo, se dio cuenta de que les habían cobrado de más. La botella valía 30 pesos si era ingerida en la tienda, pero sólo costaba 25 si era para llevar.
Llamó a su dependiente, Tim Briceño, a quien le dijo que le devolviera 5 pesos a sus clientes.
Pero Tim, vivo, astuto, avispado y sagaz, decidió que se quedaría con 2 pesos, y sólo les devolvería tres a los clientes.
Así lo hizo pero…Abel había puesto 10 pesos, le devolvieron 1 y por tanto, su aporte real era de 9 pesos. Buggy había puesto diez y recibió un peso de vuelta, por lo que su puesta fue también de nueve pesos. Lo mismo ocurrió con Pepe, puso 10 y le devolvieron uno o sea 9 pesos de igual manera-
Ahora bien, 9 que puso Abel, 9 que colocó Buggy y 9 más aportados por Pepe, suman 27 pesos.
El brillante Tim se había quedado con 2 y 27 más 2, son 29. ¿No les parece que falta UN PESO? 27 MÁS 2, 29. Se ha perdido UN PESO… ¿Quién sabe dónde está? Háganmelo saber para reclamarlo…