El GENERAL LA PALICE: DE HEROE A PERSONAJE RIDICULO

viernes, 6 de noviembre de 2009

la palice chapulin

Curiosa historia que convirtió a un hombre valiente, en el equivalente al payaso de los circos

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Jaques II Chabannes, señor de La Palice, fue un militar francés de heroica actuación en la batalla de Pavía en 1525. En esa ocasión, los franceses fueron derrotados por las tropas hispanoalemanas de Carlos V, y La Palice resultó herido varias veces.

Sin brazos, y casi sin poder moverse por múltiples lesiones en las piernas, peleó sin parar hasta morir desangrado, en medio de espantosos dolores.

Uno de los soldados, quiso exaltar la memoria de su jefe, con una estrofa que le sirviera de epitafio. En su trova, el militar quería señalar el incuestionable valor que mostró La Palice, quien aún muriéndose, seguía empeñado en la feroz batalla, sin desmayar, sin rendirse. Esta fue la estrofa:

El Gran La Palice ha muerto

en los campos de Pavía

Si no hubiera muerto

siguiera causando envidias.

Lo malo fue que la estrofa no fue bien copiada. Alguien la transcribió, y quedó de la siguiente manera:

El Gran La Palice ha muerto

en los campos de Pavía

Poco antes de morir…

…¡Tenía vida, todavía!

Este epitafio fue descubierto 100 años después por Bernard de Monnoye, quien le agregó unos estribillos, que convirtieron al legendario guerrero en el Cantinflas de antes de ayer, el Chapulín Colorado de ayer, y el Scooby Doo, de esta mañana;  es decir, una caricatura,  una verdadera tira cómica, que sólo despierta risas.

Como muestra, les entrego tres estrofas –no traducidas, son versión colombiana- de lo que quedó de la gloria del General La Palice, el paladín de Pavía, en la canción hecha por Monnoye.

Se casó con una dama

de gran virtud y dinero;

si no se hubiera casado,

seguiría siendo soltero.

 

Tenía un barco de combate,

pero fuera en paz o en guerra,

si no andaba por el agua,

seguro estaba en la tierra.

 

Como hombre precavido,

dormía con un ojo abierto

y siempre se hallaba dormido,

cuando no se encontraba despierto.

Son apenas tres muestras de un hombre que pasó “de lo sublime a lo ridículo”. Si ustedes conocen más historias como ésta, o quieren agregarle más estrofas, o quieren enterarse de otros trozos de la canción, o sólo hacer un comentario, hágannoslo saber. Nuestros correos son pepepanchovilla@hotmail.com o pepepanchovilla@yahoo.com.co