Personajes Eternos (III)

miércoles, 21 de octubre de 2009

Juancho Illera Palacio, leyenda de la locución, de Barranquilla para todo el país

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Juancho Illera Palacio: Una vida dedicada a la Radio

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Los niños de los años 50 en Barranquilla, tenían dos ídolos en las narraciones deportivas: en el beisbol, Marcos Pérez Caycedo y en el fútbol, Juancho Illera Palacio.

Todos le llamaron siempre así, Juancho. Un hombre corpulento, con una voz de bajo, bien modulada, que describía de tal forma los arabescos y figuras geométricas ejecutadas por los futbolistas dentro de la cancha, que todos estaban seguros de que no asistían a una transmisión de radio, sino al propio estadio.

No era un “tribuno de las canchas”. No. Su narración era sosegada, tranquila, con muchas pausas, con un lenguaje castizo, sin caer en lugares comunes, que hipnotizaba a cuantos lo escuchaban, y los transportaba al mundo mágico del escenario deportivo. No era necesario ir a ver jugar a Junior o Sporting. Los asombrosos relatos de Juancho, revelaban hasta el más mínimo detalle de lo que sucedía en los escenarios.

Sus apodos a los jugadores, sólo pueden señalarse como geniales. “Copete” Danko, “Vela” Maytenij –por ser muy alto y delgado- “Platillo Volador”, al arquero Ricardo Cardozo y muchos más, revelan no sólo el candor y la ingenuidad de una época de ensueño, sino el talento clásico de quien los colocaba.

.Jamás se le oyó una frase mal pronunciada o una palabra soez. Hoy en su retiro en el que vive una vejez apacible, no siente nostalgias del éxito o de los aplausos. Por televisión mira los partidos, los comenta con su hijo Juan Guillermo, siempre en la forma pausada y bondadosa que lo caracterizó.

Se inició en la radio en 1946, a los 17 años, en Emisora Atlántico, y pronto llegó a ser director nacional del sistema Radio Reloj a la que compuso un famosos merecumbé que interpretó Pacho Galán, un éxito de talla universal.

Pero su prodigiosa voz no se quedó sólo en el deporte. En Radio Kalamarí -de Enrique Ariza y José Daniel Sánchez Cuentas-  en su retorno a Barranquilla, dirigió Canciones de Amor de Sol y Mar y después, Serenata Galante, mostrando todo su talante de hombre fino, de elegantes maneras y frases que cautivaban a las jovencitas de la época.

Volvió a narrar fútbol en Emisora Río Mar durante la reaparición de Junior en 1966 acompañado de Leonidas Otálora Gómez y estuvo de igual manera en la inauguración del Estadio metropolitano, Roberto Meléndez, para el partido que Junior disputó con la selección de Uruguay.

Hoy, Juancho vive un retiro lúcido, tranquilo y feliz, después de haber estado como consultor en el programa Satélite de Emisora Atlántico, donde había comenzado laboras en el lejano 1946. Tres palabras lo describen: bondad, caballerosidad y nobleza. Un ejemplo para todos.