¿A quién benefician los Impuestos?

sábado, 20 de junio de 2009


A veces a los usuarios pero en otras…
A pesar del gran disgusto que se originó en la ciudad a raíz de los incrementos en los impuestos por parte de la alcaldía -especialmente en el caso del Predial- lo cierto es que nadie parece preocuparse por la molestia de los barranquilleros. Por el contrario, los cuerpos legislativos han señalado que una nueva cascada de gravámenes, caerá otra vez sobre Barranquilla y el departamento.
Se habla de una estampilla que se cobrará a todos los usuarios de la telefonía celular, que será cobrada a las casas matrices, y que será pagada por quienes la utilizan al momento de renovar sus planes de servicio, de cambiar su equipo de comunicación o, más simple aún, en el momento de adquirir una tarjeta. El dinero obtenido, servirá para sostener todas las actividades deportivas en el departamento. (¿Y para eso no fue creado Coldeportes, que ahora tiene un nombre rarísimo?
Lo único real de todo esto es que nadie sabe a ciencia cierta qué pudo haber ocurrido con los recaudos hechos en el pasado, porque el deporte se está muriendo de inanición en el Atlántico. Y como siempre, son los ciudadanos más comunes y menos culpables del mal manejo que se ha hecho con la plata recogida, quienes tienen que salir a pagar el daño que hicieron los corruptos-
Las enormes cantidades de dinero que algunos han almacenado en los bancos de Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Francia y España, seguirán allí. Jamás serán investigadas para saber de donde las obtuvieron sus propietarios . Es la historia de siempre: los ladrones de cuello blanco disfrutando de lujos provenientes de sus rapacerías, y los ciudadanos…¡Tapando los huecos económicos abiertos por los malandrines…!
Para empeorar tal estado de cosas,, los diputados anuncian que serán gravadas las entidades de servicios públicos , agua, electricidad y gas natural. El producido de este nuevo impuesto, será destinado a financiar al CARI, una entidad que fue saqueada de manera vil y artera desde sus inicios .
¿Por qué no pueden ser los gobernadores anteriores, los parlamentarios y los gerentes que pasaron durante mucho tiempo por allí quienes respondan por este atroz ilícito? No. De ninguna manera. A esos pobres ciudadanos hay que dejarlos tranquilos. Bastante hicieron con servirle al departamento. Que sean los infames y estúpidos usuarios que votaron por ellos para las diferentes corporaciones y quienes asuman los pasivos que deja el infortunado CARI.
Magnífica política económica ¿verdad? Yo robo, tu pagas y luego votas por mí en las próximas elecciones. Claro que este comportamiento humano, se ha venido produciendo siempre, desde cuando la humanidad existe, La actitud del hombre, se repite a través de los tiempos.

LOS IMPUESTOS EN ALGUNAS EPOCAS DE LA HISTORIA

La famosa figura de las concesiones, que en Colombia parece haber hecho ya crisis, se inició en el Imperio Romano. La Biblia, señala que uno de los discípulos de Jesús, Mateo era odiado por pueblo hebreo, porque era “Publicano”.
Un publicano no es otra cosa que un concesionario, que recibe del gobierno la autorización para el cobro de los impuestos, valiéndose de la vía que fuere. La plata recaudada, desde luego, iba a parar a sus bolsillos. Una mínima parte entraba a las arcas del Imperio.
Queda sobreentendido que los impuestos sólo los pagarían quienes no estuvieran protegidos por el estado. Los favoritos de los emperadores eran intocables, pero los artesanos, los dueños de pequeños negocios y las clases más pobres, sí eran exprimidos hasta el final. Evadir el pago de los gravámenes, equivalía a una sentencia de muerte si el publicano se enteraba.
Pero…¿Para que cobraba el estado tales gravámenes? Fácil. Para sostener la lujosa vida de los emperadores, quienes tenían unos caprichos tan extravagantes, que rayaban en lo ridículo. Esta fue, según el historiador Teodoro Mommsen, una de las causas que motivó la desaparición del poderoso Imperio Romano. El pueblo no aguantó más-
Los “publicanos” o concesionarios, tuvieron una versión aumentada y corregida en la Francia medieval, llamados los prebostes. Asfixiaban de tal manera a los burgueses y campesinos pobres, que éstos últimos terminaban por sublevarse. Pero la monarquía francesa poseía un arma temible para amedrentar a los remisos a pagar tributo: La Inquisición.
En Francia, igual que ocurría en Roma y que sucede aquí en el departamento del Atlántico, los reyes y sus favoritos, disfrutaban de comodidades en exceso. Muchas veces no podían siquiera gozar de ellas. Eran verdaderos zánganos; vivían como dioses eso sí, pero a costas de quienes trabajaban de forma ardua para procurar el sustento de todos.
Una muestra de todo eso la entrega Maurice Druon, novelista e historiador francés en La Flor de Lis y El león que es el título del tomo VI de la colección Los Reyes Malditos, refiriéndose a la reunión celebrada en Amiens el 6 de junio de 1329 entre Felipe VI de Valois y el rey de Inglaterra Eduardo III: ”De las huertas, llegaban en barcas planas, montones de lirios, de ranúnculos, de jacintos y de azucena eran descargadas en los muelles del mercado, para después ser extendidas por las calles, las salas y los patios, por donde debían transitar los reyes. La ciudad estaba saturada con el perfume de las flores aplastadas y del polen que se pegaba a las suelas”.
Todo ese boato, esa exageración presuntuosa y sibarítica que sobrepasaba al más sofisticado de los refinamientos de épocas pasadas, era pagado por los impuestos con los que se exprimía hasta el tuétano a burgueses, comerciantes y artesanos.
¿Pero…quieren leer más? Sigamos a Druon. En esa misma fiestecita, se consumieron …”Cuánto vino, especias, harina y carne! Rebaños enteros de bueyes y cerdos pasaban hacia los mataderos; las carretas llevaban a las cocinas de los palacios cientos de gamos, ciervos, jabalíes, corzos, pencas, esturiones, lucios, bremas, los mejores capones, los más gordos gansos, faisanes de vivos colores, blancas garzas y pavos reales. Y los toneles de vino abiertos por todas partes…”
Esta infamia, esta opresión, tenía que terminar como terminó: con la Revolución Francesa que decapitó a todos los que habían disfrutado con la sangre de trabajadores honestos pero esquilmados por una monarquía afeminada y decadente.
Todo eso, gracias a los impuestos. Como se señaló en principio, el comportamiento del hombre siempre es el mismo a través de la historia . ¡Y los mismos sinvergüenzas en todas las épocas!
¿O es que no se han visto los automóviles más lujosos, las residencias más estrambóticas, o penthouses que sólo podrían ser adquiridos por los jeques petroleros del Oriente Medio, o los últimos adelantos tecnológicos en manos de los hijos de quienes metieron la uña no sólo en el CARI sino en muchas otras entidades públicas del departamento.
Podríamos llenar un blog con todas las historias que rodean a los impuestos- Ha habido algunps tan miserables como el que implantó Miguel Miramón en Méjico: el impuesto al aire, que se cobraba por el número de ventanas que tuviera cada casa, o el que se cobraba en la España romana, en tiempos del emperador esa Vespasiano: el tributo a la viudez. Lo pagaban quienes enviudaran, pero también tenían que tributar si volvían a casarse.
Con el cobro de un impuesto especial, el Rey Alfonso VI, pagó por la muerte de su hermano el rey don Sancho II, a quien asesinó Dolfos Bellido en Toledo y hay más. Pero vamos a esperar en Barranquilla a ver qué ocurre con nuestros legisladores.