¿Por qué se festejan los cumpleaños?

martes, 22 de septiembre de 2009

Una teoría de las civilizaciones antiguas, señala que es “una renovación del cuerpo y del espíritu”

 

cumpleaños

Etiquetas de Technorati:

En la Biblia, sólo se habla con claridad de dos cumpleaños celebrados de manera ostentosa y ambos terminaron en asesinatos: el del Faraón, que terminó con la ejecución de un panadero –evento que había sido profetizado por José, hijo de Jacob- y el de Herodes El Grande, recordado porque durante la fiesta, Salomé bailó una danza y en premio, recibió la cabeza de Juan El Bautista.

Griegos y romanos, pensaban que en los días cercanos a la conmemoración de su nacimiento, cada individuo estaba expuesto al ataque de demonios o espíritus maléficos, que surgían del Más Allá para atacar su fuerza vital.

Por tal motivo, hacían un gran estruendo con matracas y otros instrumentos similares, asegurándose con ello de ahuyentar a los entes del mal. Todo esto, dentro de un marco festivo y bullicioso, que contribuía a librar al cumplimentado de sus espantosos enemigos.

Las tribus sajonas, residentes en Alemania, aportaron a la festividad las velas, consideradas símbolos de vida. Pero antes, mucho antes, sumerios y caldeos señalaban que el hombre, se renovaba con cada ciclo, lo que debía ser solemnizado en la fecha. Era la reconstitución del aura.

Qué son el aura y su renovación

Según las teorías esotéricas de las civilizaciones antiguas, el aura es un fulgor que despide la energía interna del cuerpo humano, cuyo color se manifiesta de acuerdo con la etapa por la que se atraviesa.

El aura se va oscureciendo a medida que se acerca la fecha de cumpleaños, hasta casi desaparecer, lo que indica que la energía interior de la persona, ha descendido a límites peligrosos. Pero el día en que se conmemora su nacimiento, el hombre renace y su elipse luminosa, otra vez resplandece. Los peligros se han alejado. El aura brilla otra vez.

Pero…¿Cuál es la base de tal teoría?

El Hombre y el Cosmos

Un antiquísimo postulado esotérico señala que “así como es arriba, es abajo”. Con eso, se quería simbolizar que el Hombre es un Cosmos pequeño, un Microcosmos, que tiene todo dentro de sí para funcionar como un verdadero reloj, tal como funciona el Universo.

Se ha llegado a afirmar –sin que haya una demostración científica, por supuesto- que la Estrella de Salomón (o de David, como se quiera), que está formada por dos triángulos, uno con el vértice hacia arriba y el otro con el vértice hacia abajo, quieren representar esa idea: el hombre es un Microcosmos.

De acuerdo con eso, las células productoras de la energía en el sér, están sujetas a los mismos ciclos del planeta, es decir, el cuerpo vive las cuatro estaciones.

La primavera, el renacer se presenta en los primeros cuatro meses tras el cumpleaños y de la misma forma le llegan al organismo el verano –la época de mayor productividad- otoño, momento de cosechar y el invierno.

De acuerdo con esto, la energía humana comienza a descender unos 40 días antes de la fecha de conmemoración del nacimiento, y por tanto, la luz interna va perdiendo brillo. El aura se obscurece hasta casi desaparecer y el hombre está expuesto a los mayores peligros: desórdenes físicos, enfermedades, trastornos en el comportamiento y cercanía de la muerte.

Pero esa aura, se ilumina de nuevo, una vez pasado el invierno. Ese restablecimiento del aura, a causa de la renovación de las células, era lo que festejaban los primeros seres humanos el día de su cumpleaños. No el hecho en sí de conmemorar la fecha en que se nació, sino el alejamiento del peligro del invierno, y sus perniciosas influencias que tanto efecto producen en el espíritu o principio vital.

Ellos, que estaban en contacto constante con la naturaleza y conocían su comportamiento, plantearon la teoría, que es uno de los grandes enigmas del mundo. ¿Qué se celebra de manera real ese día del cumpleaños?

Hasta hoy, no se ha dicho la última expresión al respecto.