¿Se suicidó Alexis Argüello?

miércoles, 1 de julio de 2009







Una historia política algo escabrosa, drogas, alcohol, rehabilitación y críticas duras jalonaron la última parte de su vida.


Enorme para el boxeo, muchos consideran que Alexis Argüello atentó contra su propia grandeza al caer en el influjo de la política, sucumbir frente a las drogas y el alcohol, levantarse luego y volver a inmiscuirse en la política a la que había jurado no regresar. (¡Que me escupan la cara si vuelvo!) .
Su historia como tres veces campeón mundial de los pesos pluma, ligero jr. Y ligero, se vio en el mundo a través de la televisión . Rubén “El Púas” Olivares, Alfredo Escalera y Jim Watt fueron las víctimas de su fulgurante carrera hacia la fama mundial y la conquista de los tres títulos universales.

Pero alternó el boxeo con la política y las circunstancias que rodearon ese paso, si son bastante oscuras. Por un lado, somocista de tiempo completo –fue teniente de la guardia nacional de Somoza- y representante internacional de ese gobierno impopular y tenebroso y por otro lado, sandinista a ultranza, llegando a ocupar la alcaldía de Managua , que fue criticada de manera dura, señalando que obtuvo una victoria, gracias a la trampa y los trucos electorales.
Cuando triunfó el sandinismo, Argüello se vio despojado de sus bienes en Nicaragua, a causa de sus relaciones con el dictador Anastasio Somoza. Más tarde, ingresó al sandinismo, en 1980 y fue cuando hizo el juramento de no volver a la actividad, por lo menos “en cabeza propia”. Después, traicionaría a los sandinistas radicándose en los Estados Unidos, pero después retornó a la actividad pública en su país, esta vez bajo la égida del FSLN, donde se convirtió en el hombre de confianza del presidente Daniel Ortega.

Sus detractores políticos, aseguran que su elección en el 2008 para la alcaldía de Managua, estuvo barnizada de fraude, de triquiñuelas prohibidas y que el Consejo Electoral lo declaró alcalde, sólo para que se reafirmara la posición del presidente Ortega y su esposa, Rosario Murillo de quienes se decía “lo manejaban con una mano”.
Las presiones eran terribles; por un lado, sus opositores criticaban su elección como dolosa: por el otro, el presidente Daniel Ortega y su esposa, le exigían cada vez más su devoción al régimen . A este caldo de cultivo, le atribuyen en Nicaragua la causa de suicidio, si bien hay versiones encontradas.
El gobierno nicaragüense ya confirmó que lo real, lo cierto, es que Argüello se suicidó. Sin embargo, extraoficialmente, se afirmó que fue objeto de un complot, que terminó con su vida. Un asesinato.
¿Asesinato? ¿Pero quiénes lo cometieron? ¿Por qué lo cometieron? De ser verdadera esta hipótesis, la respuesta no se sabrá jamás. Si fue un acto criminal, las partes en conflicto no vacilarán en acusarse en forma mutua. Todo parece indicar que no habrá explicaciones para esto, porque tanto el presidente Ortega como su esposa “lamentaron el hecho de una manera radical y triste”, declararon que habrá “luto nacional de tres días” y admitieron que la desaparición del púgil era una “pérdida infortunada para el pueblo de Nicaragua”.

¿Se pretende con esto desvirtuar la hipótesis del crimen? Si fuera así, por el hecho habría que culpar a las propias autoridades del país. Pero habrá quienes sostengan que este asesinato implica a la oposición que, ante el fervor que Argüello despertaba entre las clases populares y la gigantesca ayuda que representaba para la propaganda del régimen, n tuvo más remedio que acabar con “el luchador de los pobres”, como lo describió el presidente Ortega.
Hay quienes señalan que para un hombre que maneja la mano derecha, es casi imposible dispararse a la altura del corazón en la forma como –de manera aparente. Lo habría hecho el boxeador. Incluso, ha llegado a afirmarse que quienes se disparan a sí mismos con la intención de eliminarse, lo hacen en la boca o en la sien, método calificado de infalible- Por todo esto parece que no se conocerá la verdad. Aunque el mundo seguirá ansioso por saberla.

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